Aproximadamente desde las décadas de los 70 y 80, se ha venido cuestionando la idea de que el desempeño laboral y la facilidad para desenvolverse socialmente de las personas dependa sobre todo de lo que normalmente se conoce como “inteligencia”.
¿Cuáles son las cinco competencias emocionales?
Autorregulación emocional: esta competencia emocional nos permite tener la capacidad de elegir las emociones queremos experimentar en determinado momento, y, de esa manera poder evitar que las acciones ajenas nos afecten. El objetivo no es contener las emociones, sino transformar esa energía negativa en positiva. Tener dicha facultad no es tarea sencilla; el dominio de las emociones requiere de suficiente entrenamiento y autocontrol.
Automotivación: mediante la automotivación se busca, a través de las emociones, mantenernos motivados alcanzar las metas. Para ello es fundamental no detenernos en aquello que se interpone en nuestro camino, sino que hacer foco en nuestros objetivos. La automotivación requiere de positivismo, confianza, no ceder ante los obstáculos, sino que enfrentarlos con optimismo y persistencia. Desviar y transformar la energía de las emociones negativas en acciones que nos ayuden a alcanzar nuestras metas aumentará nuestra automotivación.
Habilidades sociales: Se trata de una serie de destrezas o determinadas habilidades
que sirven para tener unas relaciones interpersonales positivas. Se tienen muy en cuenta en el ámbito laboral, ya que, cuando se trabaja en equipo, poder expresar las opiniones que uno tiene, deseos o necesidades, así como entender las del resto, es algo que mejorará el ambiente de trabajo. Cada vez se demandan más en la empresa este tipo de habilidadesEmpatía: Ponerse en el lugar de otra persona y saber cómo se siente es algo que nos ayudará a mantener relaciones sólidas, basadas en el respeto y el entendimiento.
Identificar emociones: Es el primer paso para saber cómo nos sentimos. Si uno puede ponerle una etiqueta a la emoción que siente, eso ayudará a gestionarla de forma más eficaz.
Gestión emocional: Una vez se identifican las emociones, es importante regularlas y entenderlas, ya que estas tienen un importante impacto en los comportamientos que lleva a cabo una persona en su vida diaria. La autorregulación es algo que puede ayudarnos a controlar mejor las emociones en determinadas situaciones.
Motivación: Ser capaz de convertir nuestras emociones en algo que nos sirva de enseñanza y motivación para conseguir una meta. Esto es algo que confirma que se está llevando a cabo una buena gestión emocional. Las emociones son indicativos de adaptación al medio y la situación que acontece. Por lo tanto, no debemos huir de ellas, sino que lo relevante es identificarlas y gestionarlas según nos interese en cada momento.
Ejemplo de competencias emociona
Un trabajador se reúne con el jefe de una compañía. Al parecer, su rendimiento ha bajado y está más apático. Tras mantener una charla con el responsable, le confirma que recientemente ha perdido a su pareja y está atravesando una situación difícil.
Referencias
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